Cuando
el padre de Jade insistió en contratar a Kent Solomon para que la
protegiera, la joven tuvo que aceptar y resignarse a que ese hombre
fuera su guardaespaldas y la siguiera donde quiera que fuera.
Pero aceptar que estaba encantada con la idea era un poco más difícil...
De hecho, los peligros que la amenazaban no eran nada comparados con el riesgo que Kent suponía para su corazón...
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