Tye
Hatcher regresó a Aspen Grove y descubrió que la vida de aquella ciudad
aletargada del Oeste no había cambiado mucho. Sus habitantes se negaban
obstinadamente a ver en él al hombre en el que se había convertido...
todos menos Meg Telford. Meg sí que se fijó en el reservado ranchero y
le dio una oportunidad cuando los demás lo rehuían. Aún así, Meg se
aferraba a los recuerdos de su difunto marido por miedo a los
sentimientos que Tye hacía surgir en su corazón. Y aunque Tye se había
prometido demostrar su valía a la ciudad, ¿podría demostrarle a Meg que
era merecedor de su amor?
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